lunes, 19 de octubre de 2015

DON QUIJOTE DE LA MANCHA 2º PARTE - MIGUEL DE CERVANTES

Segunda parte del Quijote donde se refieren las peripecias de nuestros más famosos personajes, 
Don Quijote más melancólico y preocupado que nunca, quizás por el encantamiento de Dulcinea o tal
vez porque presiente el trágico desenlace final y un Sancho que habla por los codos y ya se sabe que ”Nadie yerra por callar y hablando mucho, mucho se suele errar”
En este volumen hay muchas referencias al Quijote Apócrifo que apareció en el 1614 firmado por Alonso Fernández de Avellaneda, se ve un claro pique de Cervantes con Avellaneda.
Ya los dos protagonistas son conocidos por donde quiera que vayan y la gente quiere ver sus gracias y reírse de ellos por los medios que sean  en infinitas burlas, hasta el punto de hacer a Sancho gobernador de una ínsula (de interior).
En mi opinión ya podían tener, muchos dirigentes y políticos actuales la lucidez de la que hace gala el loco de Sancho Panza.
Aunque sea un tópico debo decir que es un libro que hay que leer y recrearse con cada pasaje, pienso que la etiqueta de Obra Maestra de la Literatura se entiende más si lo releemos y nos sumergimos en su narrativa.
Pongo un pasaje que me gustó bastante, aunque se puede abrir por cualquier parte y encontrarse joyas como esta:

Parece ser que cuando estuvo mirando a su enemiga le pareció la más hermosa mujer que había visto en toda su vida, y el niño ceguezuelo a quien suelen llamar de ordinario «Amor» por esas calles no quiso perder la ocasión que se le ofreció de triunfar de una alma lacayuna y ponerla en la lista de sus trofeos; y así, llegándose a él bonitamente sin que nadie le viese, le envasó al pobre lacayo una flecha de dos varas por el lado izquierdo y le pasó el corazón de parte a parte; y púdolo hacer bien al seguro, porque el Amor es invisible y entra y sale por do quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.

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